miércoles, 24 de noviembre de 2010

Madrigal Gavota a mi querido hermano Francisco Martín - Agustin Barrios

Indudablemente dejar el país, la familia, los padres, los amigos y emprender vuelo por otras latitudes implica un enorme desprendimiento, uno de las más difíciles opciones que  la vida a veces nos impone, pero para un alma deseosa de expresarse, de hacerse sentir, de una voz que grita desde adentro y de unos sentimientos que afloran es imperativo hacerlo considerando que el entorno no ofrece muchas posibilidades.

Quizás se pregunten por qué viene a colación esta reflexión, pero es un humilde intento en tratar de entender  el espíritu de Agustín Barrios al componer en San Pablo – Brasil en 1919 su excepcional Madrigal Gavota, pieza que dedicara  a su hermano menor Francisco Martín, según reza en la partitura original  “Composición dedicada a mi muy querido hermano Francisco Martín”.

Una anécdota  contada por el mismo Barrios a la Revista Semanal de Buenos Aires, en 1928  muestra las circunstancias que rodearon su salida del Paraguay y que lo alejara de sus afectos. En dicho reportaje Barrios cuenta “........Deseando casarme, sufría lo indecible por aquello de la bolsa vacía...por lo que expresó a su madre...Mamita, voy a Corrientes ...un salto...doy dos audiciones, gano unos pesos, vuelvo el domingo, el lunes visito el registro civil, el martes me caso....Una semana de andanzas y a formar mi nido de hornero. Sin embargo, no regresó hasta 1922, nada menos que 12 años después.



Cierro los ojos para escuchar esta preciosa creación musical, alegre melancólica, conmovedora, pero finalmente  alegre; me hace suponer a un Barrios lejos de los suyos, nostálgico con una soledad que solo pudo paliar al pulsar con tanta vehemencia las cuerdas de su guitarra, de ese mágico instrumento del que hacía brotar las más sentidas melodías, en un cordaje que vibra con acento casi humano, a veces como gozo, a veces como  lamento.

Madrigal Gavota me hace imaginar a un Barrios en su encuentro con Francisco Martín, quien desde ese instante lo acompañaría cumpliendo el papel de representante, expresando su contento, su nostalgia, su turbadora melancolía, como gritando quiero volver a ti, a ti patria querida, a ti familia añorada, pero al final feliz de nuevo por contar con la compañía tan cercana a sus afectos.
Locuras mías?  Quizás? pero es lo que siento al escuchar una grabación original ejecutada magistralmente por este increíble GENIO DE LA GUITARRA!!!
María Bernarda Cuellar